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viernes, 25 de diciembre de 2015

Comentario de D. Santiago a las lecturas del domingo 27 de Diciembre, Festividad de la Sagrada Familia

FESTIVIDAD DE LA SAGRADA FAMILIA

La familia siempre es esa especie de pelota que todo el mundo quiere coger para tirársela al otro, después de acoplarla a sus intereses.
Los políticos, que se consideran los poseedores de la verdad total y del único modo perfecto de vida, quieren controlar a la familia, para que dependa de ellos de tal manera que los mantenga siempre en el poder. Y si para ello es preciso llegar a las mayores indignidades y a las más groseras manipulaciones, incluso inventando nuevos modos de familia, pues se hace.
Los comerciantes que ven en la familia el objeto de sus ganancias, luchan por hacer una oferta para la felicidad perfecta, consistente en la constante compra y consumo, en una escala creciente, de modo que siempre sientan la necesidad de más y más consumo, para que el sistema de mercados se mantenga, aunque ellos conlleve esclavizar a las familias en una constante búsqueda de dinero, y más dinero para poder satisfacerla.
Las religiones que tienen en la familia el medio de su subsistencia, ya que quienes controlan la conciencia, como manifestación de lo espiritual. Y en la familia se encuentra ese núcleo en el que las leyes se estrellan, las normas son internas y el único punto frágil es el del espíritu.
Sin embargo, la familia sólo se puede entender desde el amor. Ese amor que hace que cada uno de sus miembros sea capaz de renunciar a los suyo para que el otro consiga su fin. Ese amor que da el calor y la seguridad por la que se siente la fuerza y la consistencia de un reducto en el que uno está realmente tranquilo. Ese amor que es capaz de reproducir la vida, que la vida nazca de ella misma, la vida que hace crecer al mundo en todos sus aspectos. Ese amor que permite el desprenderse de lo seres queridos para que ellos vuelen libres y puedan crear otras familias, pero sin romper nunca ese cordón umbilical, que le hace mirar hacia atrás con cariño y la seguridad de encontrar siempre unos brazos abiertos.
Ese amor que nace de Dios, la única fuente posible del amor, el único origen del amor ya que él es el amor. Ese amor que se nos manifiesta en Cristo como revelación del amor divino.
Por eso no podemos imaginar la familia sin referencia a Cristo. Pues por amor participó de la lucha de una familia para seguir adelante. Cristo por amor creó una familia a la que regaló a su propia Madre para que nunca sintiera la orfandad. Cristo por amor muestra el sistema perfecto por el que los hombres podemos convivir sin la renuncia a la condición de tales. Cristo por amor establece la vida como única norma de subsistencia, y la hace tan fuerte que la hace eterna.
La familia debe ser ese núcleo de amor y libertad, ese núcleo fuente de vida, origen de vida que transmite y la hace continuar con alegría por la historia. La familia es el reflejo de Dios-familia, con él amor como único combustible que le permite mantenerse constantemente activa.
Por eso aquella familia de Nazaret formada por María, José y Jesús, es referente de familias, porque su lazo de unión era el amor, ese amor que brota de Dios que vivía en su seno.
Y, sobre todo, Iglesia doméstica, fuente de la misericordia de Dios, manantial de esa misericordia que hace que el mundo pueda funcionar hacia delante, creando, construyendo. Por eso al tener como referencia a la familia de Nazaret, siempre será la familia de la misericordia, donde el abrazo fraterno es seguro.

Santiago Rodrigo Ruiz

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