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viernes, 11 de diciembre de 2015

Comentario de D. Santiago a las lecturas del próximo domingo, 14 de diciembre, III Domingo de Adviento (Gaudete)

III DOMINGO DE ADVIENTO, DOMINGO GAUDETE

La liturgia dice que este es el domingo del gozo, el domingo de la alegría. Yo no se si porque estamos cerca de la Navidad, o porque vamos siendo conscientes de que nuestras deudas serán saldadas. Nuestros odios serán convertidos en perdón, nuestros egoísmos se trocarán en generosidad, nuestras ambiciones desmedidas serán amor.
Alegres y gozosos porque, como dice el salmo, el grande, el santo, está en medio de nosotros, es el momento de nuestra libertad, el día de romper todas las cadenas que nos atenazan, abrir todas las cárceles que nos retienen.
Juan el Bautista habla de generosidad, de no violencia del fin de los abusos, de la justicia sin condiciones, la verdadera justicia. Que llega el mundo nuevo, que se están poniendo los cimientos de la nueva creación.
Es la conversión, la inversión de todo, el cambio profundo de todos los corazones. Libro nuevo, página en blanco para que se puedan escribir en ella toda la grandeza, toda la belleza de la que somos capaces.
Es la conversión, es el inicio de rutas nuevas, de los caminos señalados por Dios, para nosotros, desde el principio de los tiempos, caminos nunca andados y que nos conducen a todas las luces, a todas las esperanzas. Caminos en los que el pecado es un pequeño lapsus de debilidad que nos hace detenernos, recapacitar y seguir adelante, renovados y con fuerzas nuevas.
Domingo de gozo y alegría. Porque la conversión siempre es gozosa, porque el dejar atrás lo que nos deshumaniza y empequeñece siempre es alegre. Domingo de alegría y gozo porque el que ha actuado para mi bien en toda la historia de la salvación, se va a hacer hombre, va a participar de mi barro para que yo pueda participar de su luz.
Domingo de alegría y gozo, porque es el momento de nuestro encuentro con nuestra grandeza original. De saltar de alegría y de gozo porque está en medio de nosotros el Santo de Israel.
Tercer domingo de Adviento, domingo de gozo y alegría, porque la conversión es mirar cara a cara nuestro pecado, es mirar sin disimulos lo que nos ensucia y envilece, es momento de saber que todo puede tomar otro camino, que la misericordia de quien nos llama es infinitamente mayor de lo que nos pueda separar de Él, que está empeñado en no dejarnos solos, de tener siempre su mano tendida para que la tomemos, para que nos aferremos a ella, para que volvamos a la senda en la que nuestra compañía siempre va llenándonos de posibilidades para que explotemos nuestras grandezas y vayamos allanando, no sólo nuestro propio camino, sino el de todos aquellos que nos quieran acompañar.
Domingo de gozo y alegría, porque se nos muestra nuestra posibilidad de ser guías, luz en el andar de todos aquellos que nos rodean, facilitadores del buen camino para nuestros hermanos, porque el gran camino a la vida nunca lo podemos andar solos, lo debemos andar en comunidad, en grupo con aquellos que comparten con nosotros, con aquellos que, reconociendo su pecado, se esfuerzan en la conversión, en el cambio en el que se deja todo lo que podemos tener de barro y asumir la luz que se nos dona. Un camino de luz y de misericordia, porque el Dios que nos viene es el Dios de la misericordia, lo que hace la ruta más fácil y más feliz.

Santiago Rodrigo Ruiz

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